No se puede tratar a las mujeres a puñetazos.

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(una reflexión humana de calado moral)

EDITORIAL TRINCHERA.INFO

La revolución cubana en 1959 comenzó a malograrse y a prostituirse muy pronto, cuando comenzaron a instancias del propio Fidel Castro, a maltratar y encarcelar a puñetazos a las mujeres.
Vean la película « Plantadas» y comprobarán que el irrespeto hacia la mujer cubana fue el primer paso hacia la degradación del despotismo y los feminisismos en la isla que ha catapultado a Cuba
hacia la parálisis más profunda de todos sus resortes y energías morales y civilizadas.

Si a alguien del gobierno castrista le llegara un halo misterioso de respeto por la dignidad humana, que no es fácil porque el sistema es intrínsecamente abusador y destructor, pues empiecen a revisar
que a la persona humana, empezando por la mujer -que es madre y maestra- hay que cuidarla y respetarla por encima de todo y en primacía de todo.

El respeto a la dignidad de la persona humana conlleva y supone que a un prisionero, que es un ser humano, no se le pueda golpear, torturar o fusilar. Cuando revisamos en la historia reciente de Cuba el
hundimiento del Remolcador 13 de Marzo en 1994, donde murieron masacrados y ahogados 41 cubanos, entre ellos 10 niños con sus madres y padres, reconfirmamos que algo andaba muy mal dentro del gobierno comunista cubano.

Las autoridades en Cuba deberían reconocer que alrededor de dos millones de cubanos han abandonado la isla huyendo de la opresión, la prisión, los abusos y la falta de libertad. ¡Vergüenza
debería darle reconocer estas cifras!


Conclusión, no se puede tratar a puñetazos. Pero si esos puñetazos van dirigidos igualmente a mujeres indefensas, entonces la conclusión es mucho más grave, porque estamos ante un gobierno
de cobardes aventureros, que ya el caso genocida pasaría a la juridicción del Tribunal Penal Internacional.


Creemos que para Cuba va llegando la hora del cambio definitivo. No se puede maltratar a la MUJER, como lo han hecho sistemáticamente desde sus inicios, las autoridades comunistas. Comencemos respetando a nuestras mujeres, que son madres y maestras. Dejemos entonces los puñetazos para el deporte del boxeo. ¡Y váyanse sería la mejor decisión! Ya a ustedes se le congeló hace mucho tiempo la creatividad humana para gobernar…

Consejo Director de Trinchera

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